Entendemos al patrimonio cultural como el resultado de nuestra diversidad cultural, el que se encuentra arraigado a un territorio. Respetamos la diversidad de identidades, y las diferentes manifestaciones mediante las cuales los grupos sociales reconocen, valoran expresiones y lugares.
y comunidades son creadores de contenidos, prácticas y obras con representación simbólica, a quienes les asiste el derecho a participar activamente en el desarrollo cultural del país; por este motivo deben contar con acceso social y territorialmente equitativo a los bienes, manifestaciones y servicios culturales.
en todo el territorio nacional, asegurando la participación de las comunidades con apoyo de profesionales locales.
Reconocemos a los creadores, portadores y comunidades como sujetos de derechos, y por lo tanto como punto de partida para dar inicio del ciclo de valor del patrimonio.
como un bien público, en tanto espacio de construcción y reconstrucción de identidades, y de reflexión y reconocimiento, en un país que se constituye como diverso. es por esto que creemos que el patrimonio cultural debe ser conservado, como un elemento fundamental de nuestra memoria como individuos y como colectivo
como motor del desarrollo sostenible de los territorios, con el objetivo de entablar relaciones armónicas entre los diferentes actores públicos y privados, en la búsqueda del bien común y la mejora de la calidad de vida de las personas
como pilar fundamental de la cultura y del patrimonio, que se recrea y proyecta a sí misma en un permanente respeto a los derechos humanos, la diversidad, la tolerancia, la democracia y el Estado de Derecho.
Respetamos las decisiones de las personas y comunidades sobre la conservación y uso de sus expresiones y saberes culturales.
Promovemos la participación ciudadana y comunitaria sobre la base del consentimiento libre, previo e informado.